Mantener la presión de inflado correcta en tus neumáticos es crucial para tu seguridad, la durabilidad de los neumáticos y el rendimiento de tu vehículo. Según un estudio de MICHELIN en Sudamérica, el 45% de los conductores circulan con la presión incorrecta, y casi el 20% de estos casos son peligrosos, con riesgo de rotura del neumático a corto y medio plazo.
Riesgos de la presión baja
Circular con una presión de inflado por debajo de la recomendada presenta varios riesgos graves:
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Durabilidad y economía: Una presión baja reduce la vida útil del neumático en al menos 8,000 km y aumenta el consumo de combustible.
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Seguridad: La baja presión provoca una deformación y un calentamiento anormal del neumático, lo que puede causar una degradación irreversible y aumentar el riesgo de explosión.
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Manejo y control: Disminuye la precisión de la dirección y la estabilidad del vehículo, lo que puede llevar a accidentes graves. En un vehículo con baja presión en el eje trasero, se puede producir un sobreviraje, mientras que en el eje delantero se puede producir un subviraje.
Riesgos de la presión alta
Aunque menos común, una presión de inflado excesiva también tiene consecuencias negativas:
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Adherencia: El área de contacto del neumático con el suelo disminuye, reduciendo la adherencia y aumentando el riesgo de accidentes en frenadas de emergencia o en curvas a alta velocidad.
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Confort: El neumático se vuelve más rígido, lo que reduce el confort de la conducción y puede causar un desgaste prematuro de la suspensión.
Consejos de MICHELIN para el cuidado de tus neumáticos
Para asegurar que tus neumáticos estén en óptimas condiciones, MICHELIN ofrece las siguientes recomendaciones:
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Verificación de la presión: Calibra tus neumáticos al menos cada 15 días o antes de un viaje.
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Revisión en frío: Controla las presiones cuando los neumáticos estén fríos, es decir, que hayan estado detenidos al menos una hora o que hayan rodado menos de 3 km a velocidad reducida.
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Neumático de repuesto: No olvides verificar la presión del neumático de repuesto.
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Válvulas: Asegúrate de que las válvulas de todos los neumáticos tengan sus tapas.
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Pérdida de presión: Si un neumático pierde más de 1.5 PSI al mes, podría haber un escape anormal y debes consultar a un profesional calificado.
